Inicio Noticias “No es como lo cuentan”: emigró a Australia y ahora trabaja el...

“No es como lo cuentan”: emigró a Australia y ahora trabaja el triple para poder vivir

58
PUBLICIDAD

Martín Cassani era profesor de básquet en La Plata cuando tomó la decisión de viajar al continente oceánico. Desde allá, busca contar la realidad que no se ve en las redes sociales: jornadas laborales extenuantes.

La realidad a través de las redes sociales suele llegar con un filtro respecto a lo que realmente se vive. Son muchos los casos en los que las personas muestran a través de TikTok o Instagram una pequeña parte de la vida que viven y no cuentan todo el cuento. Uno de esos casos ocurre con los jóvenes que emigran de la Argentina.

En TikTok se pueden encontrar una infinidad de videos en los que un joven cuenta cómo vive en el país que emigró (en la mayoría de casos suele ser Australia, Nueva Zelanda o algún país de Europa), de qué trabaja y cuánto ahorró en lo que lleva de estadía. Generalmente, las cifras son exorbitantes: ahorran más de US$500 por semana y viven en casas de lujo.

Sin embargo, Martín Cassani cuenta otra realidad de lo que es irse a vivir a un país extranjero. Y no solo referida al desarraigo familiar -que es algo común en todos los chicos- sino abocada a la realidad de los países: jornadas laborales extenuantes, crisis habitacional y, muchas veces, pocas ofertas de trabajo.

Martín era profesor de educación física en La Plata cuando la idea de emigrar comenzó a rondar por su cabeza. Cuando se recibió, la pandemia le impidió la posibilidad de ejercer y le costó mucho encontrar trabajo. Luego de un tiempo, comenzó a ejercer como entrenador en clubes de básquet platenses, mientras vivía con sus padres.

Primero quiso emigrar a España, pero en 2021 una amiga le propuso viajar a Australia y el dijo que no. Todavía no estaba preparado, pero la idea le quedó y comenzó a ahorrar dinero para poder aplicar a la VISA. Con su ciudadanía italiana, todo fue más fácil y en diciembre del 2022 decidió mudarse al continente oceánico.

“Cerré todo y viajé en marzo. Sabía que iba con una condición compleja, que era mi nivel de inglés y que eso me iba a complicar, pero todos me decían que se podía laburar igual”, contó Martín a TN. Pero allá se encontró con otra realidad.

Recién llegado a Australia le surgió trabajar en el contexto previo a las Pascuas. Pero las jornadas eran extremadamente extenuantes: “Hacía entre 10 y 14 horas durante 15 días seguidos. Todos los días, sin franco. Nos pagaron menos del mínimo y, nos prometieron un bono que nunca nos dieron”.

La realidad era muy distinta a eso que mostraban en TikTok. “Pasé de trabajar 30 horas por semana en la Argentina a hacer 90 por semana en Australia. Había venido a disfrutar y mi jornada era despertarme, trabajar, volver al hostel, comer, dormir y volver a trabajar”, contó.

Eso fue durante quince días y le permitió hacerse con una buena cantidad de dinero que, a su vez, le dio la posibilidad de no gastar los ahorros que había llevado desde La Plata. Sin embargo, las cosas se complicaron y estuvo un mes y una semana sin poder conseguir trabajo.

“No es tan fácil como lo cuentan en TikTok. No llegas, aplicas, inventas un currículum y te llaman. Tenés que tener experiencia previa y una cuota de suerte”, explica sobre la realidad que viven en Sidney.

El jueves pasado cumplió tres meses desde que está en Australia y, si bien consiguió algunos trabajos luego de estar más de un mes sin trabajar, todavía no pudo ahorrar. Algo que en las redes lo muestran como sencillo. Ellos son seis en Sidney, él y cinco amigas. “Solo dos pudieron ahorrar y muy poco, el resto estamos por debajo de la plata que trajimos”, explicó.

“Yo veo que en TikTok muestran que con la plata que ganan en un día se compran airpods y con la de una semana un iPhone. Yo estoy hace tres meses, no cambié el celular y mis auriculares con cable siguen siendo los mismos”, retrató Martín.

En todo ese contexto, reconoció que se le cruza por la cabeza la idea de volver: “El replanteo es constante, sobre todo cuando te levantas a las cinco de la mañana con dos o tres grados a trabajar en la construcción”. Sin embargo, no se arrepiente de lo que vivió y planea renovar la VISA por un año más.

Este sábado, él y su grupo de amigos -son casi 20 personas- planean viajar al norte del país a buscar trabajo y alojamiento en la zona campestre. Allá, según cuenta Matías, “supuestamente se puede ahorrar plata en serio”. Pero, a la vez, se debe trabajar mucho.

“En el campo se trabaja entre 50 y 60 horas por semana y te pagan el mínimo. Antes te daban hospedaje y comida, pero ahora no te dan nada. Es complicado conseguir hospedaje”, retrató Cassani, quien reniega de los tiktokers: “Hay muchos videos que romantizan estar 80 horas arriba de un tractor y es difícil estar ahí”.

En ese sentido, deja en claro que cada persona es un mundo y cada uno vive su realidad: “Tengo gente amiga que vino a Sidney y a los tres días se fue a una granja porque consiguió trabajo. Yo hace tres meses que estoy tratando de encontrar trabajo ahí y no me responde nadie”.

Por último, dejó una reflexión para quienes quieran emigrar: “Hay posibilidades de trabajar, pero también tiene que jugar esa cuota de suerte. Es una linda experiencia que te abre puertas y te hace conocer mucha gente que se transforma en tu familia, pero no hay que romantizarlo”.

(TN)

PUBLICIDAD